POR: MIGUEL MUÑOZ.
Si podemos decir de la vida
contemporánea que se trata de la guerra de una sola persona, alimentada por
batallas íntimas de todos los días, podemos, también, asegurar que esta guerra
se la libra con un pie en el límite del terror. Está ahí, el terror, desde
actos de una incredulidad risible como la cuenta bancaria vaciada del escritor
Santiago Roncagliolo, hasta la herida sangrante de un continente entero, que es la ciudad de Juárez, en México.
Allí, en la ciudad mexicana,
tiene lugar un relato de Antonio Ortuño, que forma parte de “No entren al 1408:
antología en español tributo a Stephen King”. Veintidós escritores
hispanoamericanos escribiendo su “concepción individual del miedo”, como lo
describe Jorge Luis Cáceres, quien dio forma a este libro, desde la idea
original hasta su selección y edición.
Ya son cuarenta y seis años
desde la publicación del primer cuento de Stephen King, y esta antología,
publicada por la editorial La Biblioteca de Babel, le rinde homenaje con
cuentos que recorren el espectro temático de este autor, además de presentar
una particular cartografía de miedos y obsesiones.
El arranque del libro no pudo
haber sido mejor, el cuento de la argentina Mariana Enríquez logra incomodar al
lector a partir de los sucesos de un verano cargado de dolor, culpa, y un
extraño fervor religioso. “Los Domínguez y el diablo” es un guiño involuntario
a un país que festeja como ninguna otra cosa la elección de un Papa de esa
nacionalidad. Por otro lado, la mexicana Cecilia Eudave presenta un cuento de
aires cortazarianos, con una casa que no se deja poseer. De entre los
españoles, que suman siete, se puede extraer un comentario aparte, que no cabe
en esta introducción.
De los ecuatorianos resalta
Abdón Ubidia, reciente Premio Nacional Eugenio Espejo, quien coloca su
narración (rescatada de un libro de los años ochenta) a la altura de dos voces
actuales e interesantes: Eduardo Varas y Solange Rodríguez. Dicen que no se
puede estar al mismo tiempo en la platea y en el escenario, por lo que la
inclusión que hace el editor de uno de sus propios cuentos entre la selección
hace que nos detengamos por un momento. La literatura debería valerse por sí
misma. En este caso, la pasión de Jorge Luis Cáceres por el autor
estadounidense es tanta que su cuento lo refleja línea por línea en una
narración que combina el terror con el género negro, resultando en un texto que se sostiene por sí mismo. Pero la arbitrariedad
siempre deja cierto mal gusto.
La semana pasada se presentó
el libro en Quito y hay planes para presentarlo en Guayaquil. Lo próximo, según
Cáceres, es la exhibición de dos películas basadas en la obra de Stephen King
en el cine Ocho y Medio de Quito, y un conversatorio sobre la antología. El evento
está planificado para el mes de mayo.El libro está principalmente en Quito, en
las librerías Rayuela, Sabueso, Clásica y Moderna y próximamente en Librimundi
y Mr. Books. En Argentina se han vendido varios ejemplares a través de la
librería Restaurant de la Mente, de Buenos Aires.
A continuación, los
comentarios que dio Jorge Luis Cáceres para los lectores de Matavilela acerca
de los entretelones de esta singular antología.
¿De dónde viene la idea de crear esta antología?
La idea de realizar un libro homenaje
basado en la obra de Stephen King me venía rondando desde hace unos años atrás,
de los tiempos en que viví en Barcelona y pude relacionarme más de cerca con la
literatura fantástica y con la obra de algunos autores españoles y
latinoamericanos que no llegan a las librerías de Quito. La obra de Stephen
King siempre ha formado parte de mi biblioteca personal y creo que también
forma parte de la biblioteca personal de los veintidós escritores
seleccionados, porque la emoción que sentí de parte de los autores fue única,
es como si todos hubieran estado esperando este momento para rendir homenaje a
este escritor que tanto nos inspiró. Es como si formaras parte de una banda de
thrash metal y te invitaran a homenajear a Metallica, ése fue el sentimiento
que me expresaron los escritores antologados.
Sobre la editorial, al final decidí,
junto a mi esposa, publicar el libro bajo nuestra cuenta y riesgo, y creo no
habernos equivocado. Ahora estamos a la espera de una publicación en Perú, y
quizá en España; estamos por buen camino.
¿Por qué Stephen King?
Stephen King es un referente, un icono
en la cultura popular, y además es un magnifico escritor que ha influenciado en
este caso a veintidós escritores que crecimos leyendo su obra. Es un escritor
que ha causado fascinación en los lectores y hasta un fanatismo comparado solo
con una estrella de rock. La pregunta sería ¿por qué no se le ocurrió a otra
persona hacer este homenaje, si muchos lo tenían pensado? De no ser así, la
convocatoria para esta antología habría sido tan limitada que no hubiese tenido
sentido publicar un libro de estas características. Este no es un libro
arbitrario, este es un libro a manera de cover,
un libro que dará mucho de qué hablar.
¿Cómo fue el proceso de invitación y selección de los autores? ¿Conocías
ya de su gusto personal por King?
En esta antología en particular se
seleccionó a los autores por su gusto literario y por su calidad literaria, no
importa si es de Ecuador o de China, lo importante es la historia y su
calidad.
Sobre la convocatoria, la realicé
investigando autores relacionados con el género fantástico, de terror y el cómic.
También investigando en varias antologías del género para tener un catálogo de
autores más amplio.
Con estos libros sumé una cantidad de
cincuenta escritores de Latinoamérica y España, a los cuales empecé a convocar
a través de Facebook, emails, blogs, páginas de los autores, etc. Unos me
llevaron a otros, como el caso del escritor chileno Antonio Días Oliva, quien
me presentó a Francisco Ortega, escritor del cómic 1899 (Norma), y de la novela
El horror de Berkoff. La frase utilizada por Días Oliva fue: “Francisco Ortega
es quien más conoce de King en Chile”. Luego, por intermedio de Claudia
Apablaza, conocí al escritor cubano Jorge Enrique Lage; ella me comentó que en
un encuentro de escritores Jorge no paró de conversar sobre King y cuando lo
convoqué me encontré con un cuento donde el protagonista principal es el propio
Stephen King. Con Luciano Lamberti, de Argentina, me pasó igual, primero envié
un mensaje a Juan Terranova y él me conectó con Luciano; me dijo: “al que
deberías contactar de Argentina es a Luciano Lamberti”. Luego, Sergi Bellver,
editor y escritor catalán, me comunicó con Alberto Chimal, Antonio Ortuño,
Mariana Enríquez, Paula Lapido, Marina Perezagua y Juan Soto Ivars. A Patricia
Esteban Erlés le envié un mensaje por Facebook y aceptó formar parte de la
convocatoria. A David Roas lo conocí por su libro Horrores Cotidianos, y le
escribí a su página personal. A Santiago Eximeno, de España, bastó un mensaje
en su página de contacto y su cuento “Propiedad intelectual” estuvo en mi
bandeja de entrada al día siguiente. Con Cecilia Eudave, de México, pasó igual,
y lo mismo ocurrió con Carlos Calderón Fajardo y Gabriel Rimachi, escritores
que conocí en Lima y que por su obra y su calidad intuí que eran asiduos lectores
de King. A Rodolfo Santullo lo encontré por medio de su cómic Dengue, prologado
por Ian Watson. Por último decidí convocar a los escritores ecuatorianos
Eduardo Varas, Abdón Ubidiay Solange Rodríguez Pappe.
La selección del libro contó con el
envío de dos, o a veces tres, cuentos por autor, que al final fueron escogidos
por la relación con la obra de King, o por su acercamiento a los temas
planteados en su obra como: la extrañeza, lo insólito, o lo fantástica que
puede resultar la vida cotidiana. En muchos casos los autores contribuyeron con
cuentos inéditos, escritos especialmente para esta antología.
En el prólogo se habla de "una concepción individual del
miedo", ¿crees que el horror está en todos nosotros, que es inherente a la
vida?
Sí, creo que el miedo es una
característica personal y que varía ampliamente de un individuo a otro. Creo
también que el miedo está presente en nuestra vida cotidiana y que su riqueza
genera ese estupor hacia lo desconocido.
Siguiendo la pregunta anterior, con la antología no se buscaba una
colección de historias de terror sino una configuración del terror en
Hispanoamérica, ¿crees que se lo ha logrado? ¿De qué modo varía el concepto de
terror entre los países representados?
El registro de historias logrado por
esta antología es muy amplio; así, tenemos en el cuento de Juan Terranova a una
legión de zombis en Buenos Aires, un personaje extraño en la literatura latinoamericana,
pero que de a poco se vuelve recurrente.Para dar un símil podemos leer Cell, o
Cementerio de Mascotas,de Stephen King. Cecilia Eudave construye una casa
maldita, un territorio lleno de angustia. Patricia Esteban Erlés nos presenta
un cuento de gemelas muy a lo Stephen King, con base en su novela El
Resplandor. Rodolfo Santullo crea misteriosas desapariciones, seguidas de
graznidos de buitres. Abdón Ubidia, posiblemente sin saberlo, escribió su
cuento en la década de los ochenta inspirado en el personaje de Pennywise, de
la novela It.
Hay cuentos para todos los gustos y
están distribuidos geográficamente en Santiago, Buenos Aires, Quito, Barcelona,
Madrid, Lima, México, La Habana, etc., es decir, este libro es una muestra de
que los horrores, si están bien escritos, pueden ser desarrollados en cualquier
territorio, lugar o escenario. En la actualidad ya no es extraño ver zombis o
autos malditos en Quito, o en la Paz. Lo extraño sería no verlos.
Se habla de que Stephen King es un autor de un solo género, que es
comercial, ¿qué dirías tú? ¿Qué vendría a representar King para la literatura
contemporánea?
Sin lugar a dudas, gracias a su
prolífica producción literaria, Stephen King ocupa un lugar privilegiado dentro
de la literatura mundial, casi a la par de figuras como Lovecraft o Allan Poe,
que tanto admira. Con la entrega del premio National Book Awards, en 2003, se
destapa una olla de grillos en Estados Unidos, donde saltan los críticos que
nunca faltan para menospreciar los géneros literarios relacionados con el
terror o el suspense. Pero queda muy alejado relegar géneros literarios a
segundo plano, por ejemplo con la edición de los cuentos completos de Edgar
Allan Poe, editada por Páginas de Espuma de España, se desmitifica el hecho de que
solo los “autores menores” (llamados así por crítica) admiran el género del
terror, pero nada más alejado de la verdad, este libro viene a destruir en
parte una tradición de la crítica literaria, pues cuenta con el prólogo de
Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, así como con los comentarios de Jorge
Volpi, Santiago Roncagliolo, Fernando Iwasaki, y dos escritores antologados en
“No entren al 1408” como Patricia Esteban Erlés y Antonio Ortuño. Entonces la
pregunta sería, ¿la crítica armaría ahora un escándalo por un premio entregado
a Edgar Allan Poe? Pues creo que no, o tal vez sí, conociendo al mundo de las
letras.
Creo que la calidad
literaria de King no está en juego, porque la reivindica con cada nuevo libro,
con cada nuevo cuento; así lo demuestra su literatura, que no es otra cosa que
la creación cíclica de un universo repleto de imaginación y construcción de
conciencia narrativa.
¿Por qué habríamos de leer historias de terror?
Se debería leer por el simple hecho de
la fascinación por la lectura. Ahora, si me preguntas cuánto disfruté leyendo a
Edgar Allan Poe, o a Lovecraft, o a Borges, o al propio King, la respuesta
sería interminable, porque cada uno me mostró al mundo de distinta forma
gracias a su literatura.
¿Qué tan decisiva fue la lectura de Stephen King para que te vuelques a
la escritura?
Leí La Torre Oscura a los ocho años y
quedé fascinado con el libro. Luego volví a la literatura de King en la etapa
del colegio y desde entonces me he convertido en un seguidor asiduo de su obra.
Creo que Stephen King es uno de mis referentes, como lo son Borges, Bolaño,
Wilde, Barker, Rimbaud, Verne, Foster Wallace, etc. Además sería injusto y muy
difícil decir que un solo escritor puede ser decisivo a la hora de escribir,
pues la escritura es un aprendizaje diario, cargado también de frecuentes
descubrimientos literarios. La lectura es una delicia que no se puede limitar a
un solo escritor.
Sobre
el editor:
Jorge Luis Cáceres (Quito, 1982). Ha escrito
los libros de cuentos Desde las sombras
(Editorial El Conejo, Quito, 2007), La
flor del frío (Editorial El Conejo, Quito, 2009 y Editorial Amarante,
Salamanca, 2011) y Aquellos extraños días
en los que brillo (Borrador Editores, Lima, 2011). Como editor preparo la
antología homenaje a Stephen King No
entren al 1408 (La Biblioteca de Babel, Quito, 2013) y el dossier de
narradores ecuatorianos para la Universidad Nacional Autónoma de México bajo el
título de Lo que haremos cuando la
ficción se agote (México, 2011). Ha publicado cuentos en las antologías El
Desafío de lo imaginario (Lima, 2011), Letras cómplices (Quito, 2011) y en
revistas como The Barcelona Review, de España; Letralia, de Venezuela;
Baquiana, de Estados Unidos y Punto en Línea, de México. Escribe regularmente
para el segmento cultural de diario El Comercio. En el 2012 fue elegido por la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara como uno de los 34 autores
Latinoamericanos de incuestionable calidad literaria.