POR: JULIO AGÜERO.
El narrador y poeta mexicano Francisco Laguna Correa acaba
de recibir en México el Premio Internacional de Poesía “Desiderio Macías Silva”
por su libro Ría Brava/Ría Grande (novela rota). El título mismo de esta obra
me llevó a establecer contacto con el autor, quien ahora vive en Estados
Unidos, pero que también ha residido en España, Portugal, Italia, Francia y la
República Checa, siempre en calidad de inmigrante, pero no siempre con papeles.
Tras nuestra conversación a través de Skype, esto es lo que me dijo.
¿Por qué el título Ría Brava/Ría Grande (novela rota)?
Quería escribir una novela, o un texto más narrativo, sobre
mi experiencia migratoria de los últimos años, pero a medida que comencé a
ensayar las diferentes maneras de articular esta experiencia, de pronto estaba
escribiendo de manera obsesiva sobre algunas de las personas que he conocido
durante los últimos años. Recordaba mucho a la señora Charo, una peruana de más
o menos 55 años con quien compartí departamento en Barcelona. Doña Charo era
una mujer valiente y trabajadora (tenía tres trabajos) y a pesar de la
constante melancolía con la que recordaba a sus hijos, siempre hallaba la
manera de mostrar una sonrisa y mirar la vida con cierto optimismo, pese a la
alienación, que me constaba, padecía en una ciudad donde sus conocidos se
contaban con los dedos de las manos. La experiencia de doña Charo, y de otras
mujeres inmigrantes que he conocido en Estados Unidos, me hizo revalorar mi
propia experiencia como inmigrante. El resultado de esto fue una “novela”
bastante lírica y fragmentada, entrecortada, abrupta algunas veces, donde
intentaba narrar el valor y la admiración que siento por doña Charo y otras
mujeres que han tomado la difícil decisión de emigrar a otro país, como fue
también el caso de mi abuela materna.
¿Por qué un mexicano como tú, “con estudios”, decidió
emigrar y dejar a su país atrás?
No creo que haya dejado a México atrás, siempre lo tengo
adelante y presente, es una relación que no seré capaz de disolver nunca.
Cuando salí de México había dejado los estudios, exasperado ante la estrechez
de oportunidades que veía frente a mí si continuaba estudiando literatura.
Durante un tiempo trabajé como mesero y recepcionista en un hotel de Playa del
Carmen, muy cerca de Cancún. Había estado antes en Europa, cuando aún había
bonanza y los trabajos abundaban, por eso me dediqué a ahorrar con el propósito
de emigrar a Barcelona y recomenzar mi vida allá, quizás trabajando en un hotel
o en un restaurante. Los estudios llegaron después y se debió más a la
casualidad que a mi propio deseo de regresar a las aulas. La verdad, en
Barcelona fue difícil hallar trabajo, fue entonces cuando conocí a un chico de
la República Checa que me sugirió ir a trabajar a una pensión en Praga, donde, según dijo, conocía a la dueña. De repente, sin creerlo y sin percibir mucho dinero,
estaba trabajando en Praga en una pensión en la calle Sokolska. Ahí fue donde
conocí a Kim, mi compañera ya de ocho años, y por quien terminé en Estados
Unidos.
Dices que Ría Brava/Ría Grande es una “novela rota”, ¿te
consideras sólo narrador o también poeta, cuál es la diferencia para ti entre
estos dos géneros cuando parece que intentas confundirlos en tu “novela rota”?
Es una pregunta difícil y no sé si puedo responderla muy
bien. Me considero sólo narrador, mi aspiración es contar historias sobre la
inmigración o la “inmigrancia”. La verdad no esperaba obtener un premio de
poesía con esta obra. Lo que ocurrió es que al terminar Ría Brava/Ría Grande le
enseñé el manuscrito a un amigo y su veredicto fue que iba a ser difícil
enmarcar mi texto como una novela, por eso decidí presentarlo a un concurso de
poesía, sólo para ver qué pasaba. Incluso cuando intento escribir poesía, el
resultado es casi siempre un torrente narrativo, me cuesta trabajo formular
sentimientos o ideas con límites formales, aunque esto es paradójico porque mi
trabajo narrativo suele apuntar hacia la brevedad. Me gusta la idea de haber
escrito una “novela rota”, lírica y a caballo entre géneros. Quizás quienes
deben decidir de qué se trata son los posibles lectores.
Dices que tus textos narrativos versan sobre la
“inmigrancia”, ¿qué otros trabajos has escrito con este eje temático?
Desde mi primer libro, Crítica literaria y otros
cuentos, el tema de la inmigración, a nivel nacional e internacional, está
presente. Muchos de mis personajes suelen ser inmigrantes o personas que no
viven en su contexto de origen. Alguien una vez me llamó la atención por mi
supuesto “cosmopolitismo” y mi predilección por personajes extranjeros, pero
quizás esta elección está relacionada con mi propia experiencia migratoria. La vida en la España contemporánea, y en Europa en general, es
cosmopolita y suscita encuentros que en otros contextos no podrían darse. Por
ejemplo, hace varios años viví en Lisboa con Kim en un piso compartido con
gente de Brasil, Guinea Bissau, Rumania y Camerún. Estas experiencias
inevitablemente se reflejan en el imaginario literario propio. Mi libro de
microrrelatos Finales felices también es un recuento de la fragmentación de la
vida que he llevado durante los últimos años, una vida donde parece que cada
proceso es transitorio e incapaz de durar demasiado. Además de Ría Brava/Ría
Grande, en estos días se publicará en Bolivia mi novela Diógenes from the Wild
North, que es la historia de un inmigrante mexicano que vive en Oregon y
transcurre su vida entre Walmart y la pantalla de su televisor; sin embargo,
algo inesperado ocurre en su vida y el desenlace de Diógenes cobra un sentido
fuertemente relacionado con su experiencia en Estados Unidos como inmigrante
irregular. También el próximo año se publicará en México otra novela titulada
Ortodoxa, cuyo personaje principal es una inmigrante peruana radicada en
España, que un día decide liberarse e invertir los roles “neocolonialistas”
implícitos en los procesos migratorios. Mis personajes suelen ser hombres y
mujeres con la voluntad de dejar de ser un engranaje más en el sistema de
explotación laboral contemporáneo.
¿Entonces tu obra intenta ser revolucionaria o
“anti-neocolonialista” o de resistencia social?
Lo que escribo tiene quizás una dosis de cada una de estas
posturas. Como veo las cosas ahora, creo que mi propósito primordial es hacer
más visible el fenómeno de las migraciones internacionales a través de
personajes basados en gente que conozco de primera mano. Aunque escribo
ficción, muchas de las experiencias y problemas por los que atraviesan mis
personajes tienen una relación casi objetiva con la realidad. Por ejemplo, en
Ría Brava/Ría Grande hago alusión a experiencias que me compartieron personas
que he conocido y con quienes he hablado sobre “nuestra” vida en un país que no
es el nuestro. Con frecuencia me he encontrado en colectivos con gente que sólo
porque hablo español me cuentan sobre su día a día y las dificultades que
encuentran en el camino.
Biografía del autor: Francisco Laguna Correa nació en la Ciudad de México un 20
de septiembre como a las siete y cuarto de la noche. Es autor de Crítica literaria
y otros cuentos (2011), Finales felices (2012 & 2013), Diógenes From the
Wild North (2013) y Ría Brava/Ría Grande (novelarota). Entre los
reconocimientos que ha obtenido, destacan el Premio de la Academia
Norteamericana de la Lengua Española en 2012 y el Premio Internacional de Poesía
“Desiderio Macías Silva” en 2013.
Sobre Julio Agüero: Licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Chile, en la actualidad estudia un máster en diseño y producción editorial en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido colaborador en medios informativos como Revista Sócrates y El Informador de Santiago. Algunos de sus poemas han sido publicados en revistas literarias de Chile, Colombia, España y Australia.