POR MIGUEL MUÑOZ
J. M. Coetzee, el indescifrable nobel sudafricano, pasó por la reciente feria del libro de Guayaquil demostrando que detrás de su apariencia de piedra hay una persona curiosa, atenta y amable. Con una obra extensa —trece novelas y varios libros de ensayos— caracterizada por la experimentación formal, el cuestionamiento constante del realismo y la reescritura de libros de otros autores, Coetzee nunca ha dejado de pensar en su tierra, su herencia cultural y su pertenencia a la compleja sociedad anglosajona.
En Guayaquil, Coetzee leyó una conferencia sobre la censura cuya anécdota central fue su encuentro, hace unos años, con los reportes que se escribieron durante el aparhteid sobre sus primeros libros. A partir de aquello, Coetzee pasó a reflexionar sobre la mentalidad censora y sobre las consecuencias negativas de la excesiva regulación de las actividades humanas. Otro día, el nobel leyó dos capítulos de su nueva novela, The Schooldays of Jesus —secuela de La infancia de Jesús, publicada en 2013. A continuación, las declaraciones que muy cordialmente aceptó dar a Matavilela.
Ha viajado con frecuencia a Latinoamérica en los últimos años. ¿Ha sido su paso reciente por Colombia y Argentina —y ahora Ecuador— significativo de alguna forma en particular?
Todas mis visitas a Latinoamérica han sido significativas, especialmente mis últimas visitas a Argentina, donde doy un curso en la Universidad de San Martín bajo el tema "Literatures of the South" [Literaturas del sur] —en específico, sobre la literatura de Argentina, Australia y Sudáfrica.
En la conferencia sobre la censura que dio en la feria del libro, mencionó haberse impresionado por el hecho de que sus censores en Sudáfrica fueron personas normales, educadas, la mayoría profesores de literatura que intentaban proteger los libros. Sin embargo, usted envió una solicitud para trabajar en el Directorio de Publicaciones, la institución censora, y más tarde escribió un reporte sobre un libro de William Burroughs. ¿Lo hizo con el mismo propósito que sus censores, o fue más bien una forma de comprender íntimamente las dinámicas de la censura en su país?
En un punto de su historia, y con la finalidad de proyectar una imagen más liberal, el Directorio de Publicaciones llamó al público calificado a aplicar para unirse a sus varios comités de lectores, es decir, sus comités de censores. Yo estaba convencido de que "público calificado" en realidad significaba miembros del público que compartían la mirada del régimen. Así que envié mi aplicación. Estaba evidentemente calificado: hablaba afrikáans e inglés, tenía un doctorado en estudios literarios, y demás. Mi aplicación fue rechazada, como lo había supuesto. En mi mente, eso probó que la llamada a aplicar había sido hecha con mala fe. En cuanto al caso de William Burroughs, él fue un escritor importante para mí en esa época de mi vida. Envié un memorándum al directorio solicitando que su libro El almuerzo desnudo sea admitido en Sudádrica. Una vez más, fui rechazado.
Su novela La infancia de Jesús retrata un mundo ideal pero desprovisto de pasión, casi inhumano. ¿Cree que la corrección política es perjudicial para nosotros? ¿A esto se refería cuando mencionó en su conferencia que las relaciones entre hombres y niños se han vuelto imposibles de sostener?
No quiero comentar directamente mi novela La infancia de Jesús. El comentario que hice en mi conferencia se refería mayormente al mundo anglosajón, que ha sido barrido por una marea de histeria sobre la pedofilia. Los hombres —en particular los hombres mayores— son vistos con gran sospecha cuando expresan afecto por los niños. Encuentro deplorable este desarrollo histórico.
¿Haber nacido en Sudáfrica fue circunstancial o, al contrario, decisivo para su escritura?
Si no hubiera nacido en Sudáfrica, habría sido una persona diferente y por lo tanto no estaría hoy en Guayaquil, visitando la feria del libro como escritor.
Ha dicho que toda escritura es autobiográfica. En ese sentido, ¿cuál fue el motivo detrás de la publicación de Escenas de una vida de provincias? ¿Fue una forma de protegerse de los biógrafos no autorizados y del público en general?
Hay mucha información falsa sobre mí en internet. La biografía escrita por John Kannemeyer con el título de J. M. Coetzee: A Life in Writing hizo lo mejor que pudo por corregir estos errores. Lamentablemente, el libro no ha sido traducido al español.