En la
última novela del escritor español Javier Marías, “Los enamoramientos” (2011),
parecería que al discurrir por la primera página nos encontramos con una
historia inofensiva narrada en primera persona por la editora María Dolz.
Parecería que el lector sigue hechos banales, manías cotidianas quizá, pero no
es así. El lector deberá estar atento de los desvíos narrativos sustentados en
digresiones e interpolaciones con otros textos clásicos. El discurso elucubra,
se desborda en reflexiones que toman cuerpo a partir del ensayo filosófico.
¿Qué impulsa a María a observar a una pareja en la cafetería donde coinciden
antes de trabajar? Crearse una vida
paralela a través de la imaginación, indagar en el interior y activar
el discurso a través de la idealización de la pareja. Cada encuentro es un
agregado a su mapa imaginativo, al observar al matrimonio vive la experiencia
de ellos, la mimetiza adornándola de diversos detalles, la hace suya; es
decir, vive el enamoramiento de ellos
mientras dura el café.
Pero la ensoñación de María se detiene
cuando la pareja no aparece al siguiente día ni en los que siguieron. La
ingenua pesquisa de la protagonista tratando de reconstruir los hechos la
llevarán a vivir una relación sentimental colmada de entredichos, elaboraciones
lingüísticas donde no hay certezas, solo dudas.