POR: CAROLINA ANDRADE.
“Recuerdo que en
alguna protesta, probablemente la última vez que se tomaron el congreso
(antes de que dejara de existir), recuerdo que escuché a alguien decir que le
hubiera gustado que se bajaran a algún diputado para ver si así aprendían. Esa no fue la primera vez que escuchaba algo semejante en relación a protestas
políticas. La gente siempre se moría de ganas de que agarren al presidente en
cada golpe de estado. Eso me dio la idea de contar una historia sobre una
persona que se hartaba tanto de la corrupción que decidía matar a los corruptos
para purgar el sistema.”
Quien dice esto es María Emilia García, exalumna y exdocente de la Carrera de Comunicación y Literatura de la UCSG, y que actualmente está trabajando en su proyecto de tesis de la Maestría en Cine que estudió en la Universidad Central de Florida. Habla justamente de ese proyecto, el largometraje La Descorrupción, película que ya fue rodada y cuyo corte final, si los plazos se cumplen, se hará en marzo. Espera estrenarla simultáneamente en cines y dvd.
Quien dice esto es María Emilia García, exalumna y exdocente de la Carrera de Comunicación y Literatura de la UCSG, y que actualmente está trabajando en su proyecto de tesis de la Maestría en Cine que estudió en la Universidad Central de Florida. Habla justamente de ese proyecto, el largometraje La Descorrupción, película que ya fue rodada y cuyo corte final, si los plazos se cumplen, se hará en marzo. Espera estrenarla simultáneamente en cines y dvd.
¿Algo novedoso en su propuesta?
Creo que lo novedoso de este proyecto es el estilo de
producción. Estamos tratando de promover
un cine de micropresupuesto. Ni siquiera de bajo presupuesto, sino micropresupuesto, de algo que cueste menos de $50 000. Porque es difícil definir
qué se considera como bajo presupuesto. Para Hollywood una película de 1 millón
de dólares podría ser considerada como de bajo presupuesto, mientras que en
Ecuador sería la producción más cara en la historia. La Descorrupción es una
película que se rodó con apenas $10 000. De acuerdo a datos publicados por el
CNCINE las películas ecuatorianas en
promedio tienen presupuestos de $400 000, cuando el mercado ecuatoriano no da
para recuperar una inversión de esa dimensión.
Los cineastas ecuatorianos están produciendo películas sin
pensar el mercado y, a pesar de que una película es un producto artístico, como
todo producto tiene un costo y se debe financiar.
Lo que La Descorrupción propone es pensar en el
micropresupuesto como una alternativa. El presupuesto de una película no es
sinónimo de calidad. Hay excelentes películas de bajo presupuesto: Actividad
Paranormal ($15 000), La Bruja de Blair ($35 000), Clercks ($27 000), Slackers
($23 000), She's gota have it, Man Bites Dog, etc. Películas envidiables que le
dan tres vueltas a la producción ecuatoriana más cara.
No hay dinero, ¿hay que pedirle al Estado?
No. Depender del Estado para que la producción
cinematográfica exista no es lo ideal. Creo que los aportes que da el CNCINE a
proyectos cinematográficos definitivamente han sido un factor grande para que
la producción ecuatoriana se haya revitalizado. Pero tener cuatro estrenos al año
sigue siendo un número bajo. ¿Qué pasa si luego viene otro gobierno que no
quiera auspiciar el cine? Por eso es bueno pensar en el micropresupuesto. En
Nigeria existe algo que se llama Nollywood. Es la tercera industria del cine
más grande a nivel mundial. Producen entre 500 y 1000 de bajo presupuesto al
año. Las películas cuestan $15 000 en promedio y es una industria que genera
$250 millones al año.
Eso debe hacer Ecuador. Miren el fenómeno de las
producciones del manabita Fernando Cedeño. Su película de bajo presupuesto
Sicarios Manabitas dicen que ha sido la más vendida en el país.
Hay apoyo para el cine y hay talento que pugna por ocupar
espacios... ¿Qué tiene que decir el cine nacional?
No creo que el cine nacional tenga que decir nada en
particular. Generalmente en países con poca producción como el nuestro siempre
hay esa angustia por querer descubrir nuestra identidad en las películas que se
producen. En EEUU como se producen cientos de películas al año, no hay esa
angustia. Una película puede ser de gánsters, otra de vaqueros, otra de
surfistas y nadie se angustia porque el resto del mundo piense que solo eso es
EEUU.
¿Por qué escoge usted el lenguaje cinematográfico? ¿Qué
sentido tiene para usted?
Me gusta la inmediatez del cine. Un libro requiere un
compromiso mayor, mientras que el cine es una forma de entretenimiento en la
que se invierten solo un par de horas. El cine es un medio masivo que tiene el
poder de hacer reflexionar a las personas, bajo el disfraz de vender
entretenimiento. Así como los cineastas brasileros de Cinema Novo en los 70
quisieron a través de sus películas incitar a la gente a reflexionar sobre su
realidad, de la misma forma yo quiero invitar a la gente a reflexionar sobre la
corrupción y cuál es la verdadera solución para el problema.
En la película actúan Angela Peñaherrera, Alfonsina Solines,
Danilo Esteves, Andrés Crespo, Virgilio Valero. El equipo de producción estuvo
conformado por estudiantes y profesionales aficionados al cine y cuenta con el
auspicio de la Carrera de Comunicación Social, la Facultad de Artes y
Humanidades y el canal de televisión de la UCSG. A esperar. ¿Habrá calidad?
Esperemos que sí, ganamos todos. ¿Habrá un tono novedoso? Estoy segura. ¿Habrá
sangre? Sí, conociendo a María Emilia, sí, es indispensable para su humor
corrosivo. A esperar.