POR MIGUEL MUÑOZ
En su libro de ensayos La guerra contra el cliché, el autor
inglés Martin Amis apuntó, en el artículo que da nombre al volumen, que toda
escritura es una campaña contra el cliché, y en especial contra los clichés de
la mente y del corazón. La fuerza de este enunciado, simple en apariencia, se
ve opacada por el propio Amis. No por la persona, ni mucho menos por el
escritor, sino por la figura, el personaje mediático.
A través de una serie de imágenes compartidas en Twitter (en
realidad, dos fotografías contrapuestas y fácilmente discernibles), Szilvia Molnar dejó en evidencia, en muy poco tiempo, una cualidad casi imperceptible
de los iconos (literal y figuradamente hablando): la farsa o, simplemente, la
ridiculez.
De origen sueco, pero residente en Nueva York, Szilvia es
escritora, artista plástica y trabaja en la industria editorial; allí fue, en
ese ambiente, donde se dio cuenta de la diferencia recurrente entre hombres y
mujeres en los materiales promocionales. Mientras ellos se mostraban serios,
altivos o presumidos, ellas aparecían sensibles, delicadas y emocionales. Así,
con la ayuda de la fotógrafa Maria Marqvard Jensen, Szilvia se propuso recrear,
con inclinación a la parodia, varias fotos de autores contemporáneos, todos
hombres y acompañados del símbolo de su estereotipo: el cigarrillo.
¿Cómo empezó todo? Mencionaste en otra entrevista las fotos
promocionales de Karl Ove Knausgaard y Zadie Smith en Nueva York, pero ¿cómo
fue el proceso de pensar la idea y ejecutarla?
También publicaste en Twitter una foto de los dos últimos
tomos de Mi lucha, de Knausgaard, que no han sido traducidos aún al inglés.
Sobre todo, eres su lectora, y a ratos parecería que tu proyecto, más que una
burla, es un homenaje. ¿Eres igual de fanática con los otros escritores? Si no
es así, ¿por qué los escogiste?
A pesar de la buena acogida, no has publicado más fotos. Y,
a pesar del aspecto casual y amateur, este no es un pasatiempo ni nada que se
le parezca. ¿Consideras que es un proyecto culminado? ¿Tienes alguna idea nueva
que hayas aprendido hasta ahora?
Está terminado en un sentido porque fue rápidamente visto
por un montón de personas y la mayoría de ellas entendió inmediatamente a lo
que yo estaba aspirando. Creo que si hubiera notado que no lo estaban
entendiendo, entonces habría continuado hasta sentir que había llegado a
suficientes personas. En serio desearía haber hecho a Javier Marías antes de
que la serie se vuelva popular porque él habría agregado un mayor matiz al
proyecto. Pero tuve a un noruego, a un inglés, a un suizo y a un americano, así
que estoy contenta de tener un grupo variado de hombres.
Aprendí un montón del proyecto. Es la primera vez que he
tratado intencionalmente de ser graciosa con mi trabajo y se siente fantástico
cuando llegas a la gente a través del humor. También es la primera vez que me
estoy poniendo a mí misma (físicamente) allí afuera y dejándome disponible para
ser criticada o juzgada, lo cual puede ser escalofriante. Pero una vez que lo
has hecho, el miedo se va y eso solo te hace sentir más fuerte. (Pasamos tanto
tiempo perfeccionando nuestros avatars en línea —asegurándonos que los demás
nos perciban bellos, interesantes, misteriosos, cools, etcétera, etcétera—, y
promoviendo nuestra existencia en las redes sociales posteando atardeceres, a
nuestros recién nacidos o fotos de nuestra comida, que es realmente liberador no
tomarse tan jodidamente en serio, y también por eso es que quise posar así en
las fotos).
Una pose de una pose. Expusiste a los escritores y la idea
de lo cool que brilla cada vez que encienden un cigarrillo. ¿Qué tanto de esto
fue intencional y qué tanto fue inesperado?
Todo fue planeado. Una pose siempre es intencional, ¿no?
¿Qué crees que ha tenido un mayor impacto: la ridiculización
del estereotipo del macho cool, la arremetida contra los clichés del marketing
editorial o el énfasis en la desigualdad de géneros?
Es difícil separar completamente esos tres aspectos, y por
eso es difícil decir exactamente cuál ha tenido un mayor impacto. A veces
siento que las repercusiones han estado más enfocadas en cómo me las arreglé
para que los autores se vean tontos más que en la demostración de que las
mujeres escritoras no posan así (pero ese también era un aspecto importante que
quería resaltar: ¿por qué no les pedimos a las mujeres escritoras que posen
como ellos?).
Eres artista y escritora, ¿crees que esta serie puede ser
vista como un proyecto artístico?
Sí, ¿por qué no? Lo veo como un proyecto artístico porque
estoy tratando de materializar ideas. Quise resaltar el contraste de cómo la
sociedad maneja el género colocando dos fotografías, una al lado de otra. Y al
usar mi propio cuerpo como una herramienta lo veo como un acercamiento
artístico. También le di un título para mostrar que quiero decir algo. El arte
siempre está tratando de decir algo, ¿no?
Para este proyecto, Twitter indudablemente ayudó a exhibir
las fotos. Si funciona, Twitter puede ser una herramienta muy útil para llamar
la atención sobre todo tipo de expresiones artísticas. Ai Weiwei es un gran
ejemplo de alguien que usa Twitter para su arte, que en su caso está
extremadamente enlazado con la política.