miércoles, enero 23

El "amor pareja" en Huasipungo y Baldomera


Nos atañe estudiar las relaciones amorosas, muy especifico el tema de la relación “pareja” en dos novelas representativas del 'Realismo Social' ecuatoriano como son Huasipungo, 1934, de Jorge Icaza Coronel y Baldomera, 1938, de Alfredo Pareja Diezcanseco.

La primera novela, indigenista, muestra al indio desde una perspectiva más heróica: se atreve a luchar por un trato más humano para con ellos, aunque el mismo autor o narrador no entienda completamente la cultura a la que se refiere. La otra novela muestra la vida del negro, mulato, cholo, campesino, pobre de la costa que es explotado.

“La narrativa realista, y dentro de ella la ecuatoriana, tiene vigencia como testimonio de una realidad y existe como una literatura otra, que correspondió a un momento y que, por lo mismo, ya no puede constituir ni un modelo ni una tradición… cabe situarla en el contexto de una época, de una país, de un continente, sin necesidad de adjetivos que delatan preferencia.”¹

Hay que mencionar el movimiento a la que estas dos novelas pertenecen. El 'Realismo Social' se hace notar en el país en los años 30 y con el libro Los que se van, cuentos del cholo y del montuvio constituirá el punto de partida para lo que más tarde ocurriría en el Ecuador en el campo político, social y literario.

Don Goyo, los cuentos y novela de José de la Cuadra, son los antecedentes literarios y temáticos y de denuncia directos de Huasipungo y Baldomera. “Huasipungo conserva toda la fuerza social de su primera aparición, en medida igual al problema que la inspira.”² Así de en relación a la novela de Alfredo Pareja Diezcanseco se nos dice que: “Baldomera merece un lugar especial en el realismo social ecuatoriano por su personaje, impresionante tipo de mujer mulata costeña.”³

Nuestro análisis de contraste tendrá como referente a los personajes Andrés Chiliquinga y su esposa la Cunshi de la novela Huasipungo de Jorge Icaza; y, a Baldomera y Lamparita de la novela Baldomera de Alfredo Pareja Diezcanseco. 

Huasipungo

La novela Huasipungo es la historia de un grupo de indígenas asentados en las inmediaciones de Cuchitambo, la hacienda de Alfonso Pereira. El aristócrata quiteño se muda a su hacienda huyendo de una vergüenza social, el embarazo de su hija, y con miras a traer solvencia económica a la familia, que la estaba perdiendo, a través de una carretera que tendrá que construir para que los gringos puedan llegar y explotar los recursos del lugar. En toda la problemática de los cambios suscitados en la hacienda a partir de la llegada de los amos, y del desastroso final que lleva a la muerte a la mayoría de los indígenas de los huasipungos, encontramos a Andrés Chiliquinga y a su mujer, la Cunshi, a quienes nos referiremos a lo largo del siguiente estudio.

La primera referencia que encontramos de nuestros personajes es acerca de su estado civil: “Burló la vigilancia del mayordomo, desobedeció los anatemas del taita curita para amañarse (unirse en concubinato) con la longa que lo tenía embrujado”, hablando de cómo Andrés Chiliquinga había conseguido casarse con la mujer que él quería y no con la que debía casarse según el mayordomo y el cura. Las reseñas siguientes nos hablan de la cercanía afectiva de estos dos personajes: “cuando se acercaba a ella la sangre le ardía en las venas con dulce coraje.” Así, la introducción de Andrés y la Cunshi nos hablan de la proximidad afectiva de ellos.

Se debe, además, destacar el habla regional que es descrita en una especie de cuadro costumbrista que intenta sobrepasar la descripción pura y convertirse en parte de la problemática “¿Dónde estáis, pes?, Recugiendo leña”

La siguiente escena dentro de la narración nos muestra a Andrés llegando a su choza donde encuentra a la Cunshi recogiendo leña. Él, infiriendo que ella le era infiel en los días que no estaba en casa y al no encontrarla en la choza junto a su hijo, el guagua,  se llena de cólera y comienza a llamarla, ella le contesta desde la parte trasera de la casa, él entiende que sus suposiciones son falsas, producto de los celos, del amor que siente por su mujer. Más “Su afán por defender a mordiscos y puñetazos, irrefrenable su amor le obligaron a gritar: Mentirosa”, esta cita del libro en relación a la actitud de Andrés nos lleva a interpretar que el siguiente accionar de Chiliquinga para con su esposa es justificable dentro de la tradición indígena; que el maltrato “él se apoderó de la longa por los cabellos” es justificable en la medida que así, el macho, en este caso Andrés, le muestra que la quiere, que ama a su esposa.

Lo curioso es que esta actitud no sólo proviene por parte del lado masculino sino del femenino también “Si alguien hubiera pretendido defenderla, ella se encararía… furiosa: Entrometidu. Deja que pegue, que mate, que haga pedazus; para eso es maridu…” Curioso, también, es el hecho con que culmina esta escena “se unieron, creando en su fugaz placer… ¡Ay, ay, ay!... Se durmieron al abrigo de sus propios cuerpos…” Todo el preámbulo pareciera ser un cortejo previo al acto sexual entre la pareja.

El amor de esta pareja, como lo acabamos de ver en la escena anterior, estaba regido por esta rústica forma de expresar amor que tenía Andrés “Siempre era los mimos: un impulso morboso de venganza le obligaba a herir a los suyos, a los predilectos de su ternura” En esta parte de la narración, el personaje debe ausentarse de casa en contra de su voluntad, porque debe obedecer a su patrón que lo ha enviado  a la Rinconada a explotar carbón. Esta decisión conlleva a un sinnúmero de acontecimientos que tienen que pasarle a Andrés y a la Cunshi.

Primero, él se ausenta de casa, luego ella es llevada a la casa de los patrones a servir como nodriza del nieto del patrón; él, que regresa todas las noches desde la lejanía de los desmontes no la encuentra una noche en su choza. Al no saber lo que ha ocurrido con la Cunshi, Chiliquinga regresa al trabajo cargado con una angustia que no lo deja concentrase y que finalmente provoca que se corte el pie con un hacha. Esto conlleva a que Andrés adquiera una infección que poco más y lo mata; él termina en su choza, y cómo no puede caminar bien debido al accidente que lo dejó cojo, le dieron el trabajo de chacracam, vigilante de sementera. Mientras tanto la india Cunshi es violada por el patrón en la casa grande mientras sirve como nodriza del nieto de lo patrones.

En esta parte se observa un profundo sentimiento afectivo por parte de Andrés para con la Cunshi;  en su extraña manera, a nuestros ojos, de amar a través de rechazos, golpes, maltratos, él la extraña, la ama.  Pero este sentimiento es mutuo de ambos, más adelante se lee “Y antes de acostarse amorosa y humilde junto al amante, más que padre y marido para ella”

La novela propone una relación monógama entre indígenas  que es claramente defendida en esta novela y que contrasta con las relaciones polígamas con las que se asocia al montubio de la costa. Además, la costumbres indígenas en relación al amor se muestra de manera clara a través de los maltratos que se dan en el ceno de este tipo de familias. Maltratos que no son vistos como una anormalidad sino que por el contrario, sustenta la armonía del hogar y como hemos visto en esta novela, se convierten en una especie de preámbulo para el acto sexual.

Huasipungo, entonces, nos da a estos personajes que se aman hasta la muerte, personajes moldeados por la cultura, pero que, como vimos luego de la muerte de Cunshi, puede abandonar todos los referentes de comportamiento y hundirse en el dolor más profundo como lo haría cualquier persona luego de la muerte de un ser querido. Y que si bien su manera de amarse nos puede parecer algo rústica, eso no le quita  la fuerza pasional, afectiva con que se amaban Andrés y la Cunshi.

Baldomera

Baldomera es una novela cuyo nombre se debe al personaje principal de ésta. Ella es una comerciante que tiene un puesto de venta de “Muchines, carne palito, tortas de plátano verde: todo se encuentra allí” en la esquina de “La boca del pozo” Ella es una mujer joven “apenas y alcanzará a los cuarenta” Es importante recorrer sus facciones físicas “un metro ochenta de estatura… no tiene cintura. Es cuadrada… Además, Baldomera es negra.” Baldomera tiene cuatro hijos, dos de ellos, los mayores, Inocente y Polibio ambos tan distintos entre sí. Ella es una mujer trabajadora, solidaria, buena madre, única esposa, con pequeños vicios como el alcohol.

Por otro lado está Lamparita, un cuatrero, ladrón de ganado que antes de mudarse a Guayaquil vivía en Yaguachi. Lamparita  a diferencia de Baldomera  “es un hombre pequeño... de piernas curvadas… flaco, se le veían los huesos pegados a la piel… manos largas y huesudas” él era en verdad “un hombre chiquito y encogido”. A pesar de su escasa musculatura, Lamparita era un hombre ágil con el machete. Estos personajes eran físicamente antagonistas aunque en su carácter eran en cierta forma similares. Tanto Lamparita como Baldomera tenían un carácter reacio cuando se trataba de enfrentarse con otros a defender lo suyo, e incluso ambos tenían encuentros entre sí como lo veremos más adelante.

La narración nos cuenta que Lamparita huyendo de la rural que lo perseguía por robar ganado, llegó a Guayaquil. Ya ahí siguió como ladrón, ahora de carteras; en una de esas noches conoció a Baldomera en una cantina, ella era una prostituta. Quedando impresionado por ella “Me gusta esta hembra” esa misma noche se enamoraron y se fueron a vivir juntos. Lo curioso de este hecho y que marcará toda la narración es la razón que llevó a Baldomera a enamorarse de Lamparita: la fuerza. Él, al poder dominarla, golpearla literalmente, hizo que ella se enamorara de él, por la razón de que ningún hombre hasta ese momento la había podido dominar, pero como él sí pudo, entonces eso a ella le impresionó y la hizo enamorarse de él. Otro punto dentro de esta parte es la solvencia económica que para ese entonces tenía Lamparita producto de los constantes robos que realizaba, solvencia que Baldomera no tenía. Esto sólo para reforzar el hecho que la lleva a enamorarse de este cuatrero.

Con el tiempo Baldomera se convirtió en el ángel protector de Lamparita, cuando este tenía problemas con la policía, ella lo cuidaba y hasta se iba de puñetes con los gendarmes por defenderlo a él. Ellos terminan casándose. Ya como esposos compartían ciertos momentos juntos: se sentaban a tomar juntos hasta que se dormían borrachos. Sin embargo la relación de estos dos personajes era algo especial “cuando Lamparita bebía en la calle, lo recibía Baldomera a sopapos. Lamparita se defendía, hasta que, rabioso, golpeábala con destreza y la tumbaba” todo esto para más tarde cuando él caiga dormido en la hamaca ella “Le metía los brazos por debajo del cuerpo. Lo alzaba en vilo. Y lo llevaba a la cama”.

Todos estos son signos de afecto por parte de ambos. Sin embargo, se nota que su trato era algo reacio. Este es otro punto interesante de destacar dentro de este estudio “¿Qué? Maricón ¡Ven si eres hombre!” Animando ella a que él fuese con ella a la revuelta del quince de noviembre que se daba a las afuera de su casa. Revuelta en la que ella intervino ferozmente defendiendo a la clase obrera de los oficiales y él aprovechando el momento para robar. Otro ejemplo sobre este punto “Y vos, púes, cómo has estado? Fregada, aborte, Lamparita. No digas y cómo así. Un golpe de esos puñeteros pacos. Pero soñé a más de uno. ¿Para que te metas estando así? Bruta. Oh, no vengas vos a fregar también.

Ellos manejaban este irrespeto de manera verbal como leemos, más sin embargo, ambos se respetaban y no llegaron a alzarse la mano en ningún momento. En esta novela se puede observar como las imágenes que se presentan del cholo, campesino, mulato de la costa, polígamo. Hombre que no se contenta con una mujer sino que quiere más aunque no pueda mantenerlas a todas.

El amor de Baldomera para con su esposo nunca terminó. En el momento que Lamparita es tomado infraganti robando, luego herido y llevado al hospital donde se debatía entre la vida y la muerte; Baldomera buscaba la manera de verlo, de estar con él, ella lo amaba “después de sonadas las diez, se detenía frente al edificio donde Lamparita yacía, permanecía inmóvil unos minutos, y luego lanzaba un profundo suspiro” Las muestras de afectos de ambos eran muy comunes. Ayuda mucho que la novela se centre mucho en los personajes.

Conclusiónes

La relación amorosa como pareja de Andrés Chiliquinga y la Cunshi tiene ciertos rasgos similares y adversos en relación a la pareja de Baldomera y Lamparita.

Por un lado el maltrato físico al que, según nos sugiere la novela, está acostumbrada la Cunshi,  no ocurre en la relación de Baldomera con su esposo; sí, él la golpeó la primera vez que la conoció, pero eso no volvió a ocurrir. En Baldomera ambos se respetaban, en cambio, no hay indicios que el maltrató no haya ocurrido por más de una ocasión en Huasipungo, al contrario, se sugiere que este es el trato aceptado dentro de las costumbres de los indígenas como bien supimos mostrar al inicio de este estudio.

Por otro lado debemos, también, mostrar que ambas novelas están ubicadas en contextos espacio-culturales muy distintos; la sierra y la costa se contraponen, al igual que el hecho cultural de los indígenas con el de los negros, mulatos, cholos y campesinos de la costa.

Otro punto es el hecho de los personajes; Baldomera  es el personaje principal de la novela de Diezcanseco, por lo que el protagonismo era más que una necesidad, un obligación, mientras que la Cunshi en el contexto no necesitaba más protagonismo que el que tenía, y por ende, además de la cuestión cultural, no hay mucho de su personaje en la novela. El personaje de la Cunshi es un personaje bien logrado  dentro de la novela, es un personaje que va de acuerdo a la cultura indígena donde la mujer toma poco protagonismo en las decisiones y donde ésta siente que por ley esta sometida al marido: aunque este la mate a golpes, él tiene el derecho de hacerlo. Baldomera, en cambio, responde a una realidad diferente, ella responde a una mujer que prácticamente a sobrevivido por ella misma, una mujer ruda, valiente.

Las novelas contrastan en los estereotipos. La monogamia del indio y la poligamia del costeño. Si bien no hay casos específicos que demuestren que Lamparita tuvo amoríos con otras mujeres mientras mantenía una relación con Baldomera esto se extrae de su vida anterior a haberla conocido a ella. En Huasipungo, en cambio, es evidente que Chiliquinga le es fiel a su Cunshi desde un inicio.

Es evidente que hay una mayor muestra de afecto por parte de Andrés hacia la Cunshi como lo hay de Baldomera hacía Lamparita. Las muestras de afecto son pocas o no hay contexto como ubicarlas, hablando de la Cunshi para con su esposo, cosa que se repite, aunque en menor grado, entre Lamparita y su esposa.

Al final concluimos que ambas parejas se aman de acuerdo a su contexto cultural.
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1._ Adoum, Jorge Enrique, Del Prólogo al tomo de la “Biblioteca Ayacucho” dedicada a la narrativa de los años 30.
2._Ribadeneira, Edmundo, La moderna novela ecuatoriana, Quito, Editorial Universitaria, 1981.
3._Pareja Diezcanseco, Alfredo, Baldomera, Guayaquil y Quito, Publicaciones Educativas “Ariel”.
4._Icaza Coronel, Jorge, Huasipungo, Quito, Ediciones Libresa, 1983.