Estambul: ciudad y recuerdos es una autobiografía novelada escrita por Orhan Pamuk y publicada en el 2006. Una de sus principales temáticas, probablemente, es la visión casi total del narrador que recae en una ciudad que se destruye a sí misma, pero también sobre una ciudad en ruinas que renace todo el tiempo.
El personaje central será el propio Pamuk, quien hace
recorrido a través de su ciudad en donde la apropiación de lo espacial y lo
sentimental convergen para formar un sentido de pertenencia entre lo que se
está contando y la mirada más intimista del narrador. La ciudad se convierte en
cómplice y en lugar ameno. Estambul: ciudad y recuerdos es una autobiografía
que tiene un conjunto de valores que también se extralimita al simple apego. Es
una oda narrada a la ciudad que vio crecer a Orhan Pamuk, en donde no solo se
evidencia lo emocional sino de una real conciencia de lo nacional.
Está narrada desde la visión caótica, sino desde la
recreación del espacio a través de la memoria. Es decir que, tendrá sus
carencias y exageraciones como cualquier sentimiento de arraigo. El relato de
Pamuk nos dirige tanto al reconocimiento ciudadano como al sentir, la añoranza
y sobre todo al factor recuerdo, principal hilo conductor para la
reconstrucción del Estambul de los años 60.
La obra tiene una huella romántica que la sigue
de principio a fin. Los escenarios, quienes los componen y las emociones del
Pamuk, habitante de ella hasta los veinte años, se verán como factores móviles
que tendrán consecuencias en el aspecto de la ciudad. La ciudad conflictiva, la
ciudad de los incendios, la ciudad capital del imperio otomano. Estambul no
solo se re significa por lo que el visitante puede ver en ella sino que a
través de la apropiación de la voz narrativa se puede observar a la ciudad que
se concentra y se halla en sí misma como quien la habita y la ha vivido.
Al igual que en Justine, de Lawrence Durrell, la presencia de
la ciudad es la representación de alguien. En el caso de Justine, Alejandría es
a Justine como Justine es a Alejandría: exótica, extraña, con pasajes claro
oscuros en donde se puede ser parte del abanico de la condición humana como
entrar en la marea de sus emociones. En Estambul, Estambul es a Pamuk pero
Pamuk no es tan Estambul. Hay un sentido de desarraigo a partir de que éste
deja la ciudad.
Estambul: ciudad y recuerdos de Orhan Pamuk debe ser leído
como un libro de experiencias, como un pastiche de emociones; quizás como una
especie de relación amor-odio con lo que se tiene y como una autobiografía en
donde el recorrido espacial va a ser parte de la condición cíclica de la vida.
Pamuk nos traslada a la exótica Estambul pero también como la ciudad que se
reinterpreta en cada huella de tinta.
