POR: CHRISTIAN ARMIJO.
Emma Bovary se adueña del siglo XIX y es, probablemente, uno
de los personajes femeninos que por primera vez traspasa el estereotipo de la
mujer en la literatura universal: se emancipa, en el sentido de reconocer que
su felicidad no está a lado de su marido; su vida la aburre y por eso decide
empezar a buscar un poco de aventuras, de esas que hielan la sangre. Amada por
unos, gracias a su condición de heroína. La que muere pero jamás se arrepiente
de lo vivido. Odiada por otros porque posiblemente no es la figura que le
corresponde a la mujer. Eso se da a libre elección. Por otro lado, Isabel
Crane, amante de las novelas románticas, empapada y ensimismada en ellas,
también desea liberarse y junto a ellas partir donde realmente debe estar: en
lugar lleno de felicidad. Tanto como Emma e Isabel tienen un sueño: libertad.
Emma Bovary e Isabel Crane tienen un especial interés por
las novelas románticas, las atrapan y hasta cierto punto sueñan con ser como
las heroínas que aparecen en ellas. Emma desde temprana edad tenía interés por
este tipo de literatura, y fue una de las coincidencias que encontró en su
futuro esposo. Isabel comenzó de a poco con las lecturas de este tipo de
novelas, pero pasado el tiempo se leía hasta 3 por semana, dejo de ver la tv
para tener más tiempo y se las llevaba hasta su cama.
Las dos protagonistas buscan un acontecimiento externo que
sea el empujón para cambiar su forma de vida.
En el primer caso este acontecimiento es el enlace con Charles; el cual
lo ve como una forma de cambio completo de vida. Cambiar del campo a la ciudad.
Ser la señora de un respetable doctor, y hasta volverse importante o de la
aristocracia. En el caso de La romántica
Es el de simplemente vivir como alguien de su edad, salir a fiestas,
cambiar las cosas de la casa. Hasta cierto punto, a modo de olvidar la pérdida
de sus padres. Mas, se dará cuenta que el cambio será lento, dando un sentido
de estancamiento en ciertos momentos.
Estas dos mujeres desean vivir lo que les pasa a los
personajes de las novelas. Madame Bovary después de ver que su esposo es frío
con ella, desea ser como las heroínas de sus libros, y al principio lucha para
que su esposo se encendiera, luego trata de buscar la felicidad en brazos de
otros hombres. Isabel, por su lado también desea tener citas, problemas y
conflictos como la de las parejas de las novelas reales; por eso ella comienza
fantasear con la cita de bar.
Sin embargo, estos dos personajes también son dicotómicos.
Tenemos que mientras Emma comete adulterio para saciar sus fantasías, Isabel no
pasa del plano ficticio. Emma no puede soportar la falta de aventura y amor
apasionado en su vida; es por esto que, de a poco va cayendo en esta espirar de
deseo que la lleva a tener varios amantes. Isabel por su lado después de la
decepción, se da cuenta que la fantasía de esperar a alguien es más que suficiente
para hacerla feliz, es por esto que dos noches por semana va a un bar y se
imagina esperando a un hombre ficticio.
La diferencia entre el manejo financiero de estos dos
personajes habla mucho de ellas. Mientras la mujer francesa del siglo XIX estaba
deseosa de ser una aristócrata y gastaba grandes cantidades de dinero en ropa,
lujos, regalos para sus amantes causando grandes deudas a su esposo. La mujer
neoyorkina de mediados del siglo XX busca el ahorro, así comienza decorar de a
poco su casa; y cuando a va sus citas ficticias solo pide dos vasos de whisky,
lo cual le cuesta entre cinco y seis dólares.
Finalmente vemos como los caracteres de estas dos mujeres
definen su destino pues mientras una muere debido a la soledad, la otra la
acoge. Pues Bovary finalmente al ser rechazada toma veneno y muere; no puede
soportar la soledad y la falta de pasión en su vida, aparte que las deudas y
los excesos le pasaron factura. Isabel Crane, consigue una cita, pero a último
momento decide dejar plantado al hombre que la citó, pues se da cuenta que la
soledad y sus amantes ficticios son
mejores y más fiables que los de verdad; acoge su soledad como libertad.
En conclusión vemos que tanto diferencias como similitudes
nos muestran las intenciones de los autores al crear estas obras literarias. En
cuanto a las semejanzas vimos como estos dos personajes son aficionadas a las
novelas románticas, tanto así que desean vivir lo mismo que sus heroínas, esto
se debe a la interioridad y emotividad que se relaciona con interioridad
feminidad. Además de poder ganar a los problemas que le presenta la vida; como
el dar un cambio de ciento ochenta grados a su vida, algo muy difícil por ser
mujeres; sin importar si esta vivía en el siglo XIX o a mediados del XX. Las desigualdades por otro lado nos muestran
la visión de las mujeres en las dos épocas: mientras Emma se deja llevar por
las bajas pasiones, despilfarra y no puede soportar la soledad; Isabel es
ahorrativa, centrada y es feliz y se siente libre con su soledad.
Flaubert quería denunciar como algunas mujeres eran llevadas
a estos extremos por culpa de la sociedad y la soledad. Mientras Highsmith nos
quiere decir que una mujer puede alcanzar la felicidad y plenitud sin la
necesidad de atarse a un hombre o una pareja estable.