POR: MIGUEL MUÑOZ.
Vuelven las Matapreguntas, en esta ocasión presentamos al escritor Eduardo Halfon*, quien comentó con picardía que había pasado un buen momento respondiéndolas. Antes, queremos compartir una pequeña descripción que nos escribió él mismo acerca de su última novela:
“Recién he terminado una
novela corta, titulada Monasterio. Sucede en Israel. Quizás es sobre todas las
fronteras que nos dividen. O quizás es sobre las máscaras y los disfraces que
debemos ponernos para sobrevivir. O quizás es sobre nuestra búsqueda de
identidad, de comprensión, de tolerancia. O quizás es solo la historia de un
chico y una chica.”
¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído?
Aunque seguro hubo alguno
antes, recuerdo muy bien cuando yo mismo leí (es decir, no me leyó alguien más)
Charlie and The Chocolate Factory, del inglés Roald Dahl. Tendría ocho o nueve
años. Lo leí para el colegio, por obligación, porque luego podrían ver la
película sólo aquellos alumnos que hubiesen leído el libro. Recuerdo que,
durante la proyección, se sentó a mi lado la chica que me gustaba, y yo, para
impresionarla, me quité una costra del codo y dejé que la herida sangrara en la
oscuridad. Ella, claro, ni se enteró. Mi primer libro fue también mi primer
fiasco amoroso.
¿Cuál fue el último libro que leíste, o el que estás leyendo ahora
mismo?
Recién terminé Things Fall
Apart, y ahora estoy leyendo No Longer At Ease, ambos del nigeriano Chinua
Achebe, quien murió hace pocas semanas. Me gusta leer a escritores cuando
mueren. Su obra adquiere una finalidad que no tiene mientras están vivos. Ya no
pueden defenderse. Ya no pueden explicar. Ya no pueden responder. Ya su obra
es, definitivamente, su mejor respuesta.
¿Qué libro no pudiste terminar de leer?
Dejo casi todos inconclusos.
Antes era mucho más disciplinado con cualquier libro, con todo libro. Acaso por
ingeniero. O acaso porque era profesor serio y académico serio y todo lector
serio debe terminar los libros que empieza. Ahora me he vuelto un lector
impaciente, quisquilloso, intolerante, nada sistemático. Mucho mejor así.
¿Con qué personaje literario te gustaría tener un affaire?
Pienso en Emma Bovary, de
Flaubert, pero demasiado melodrama. Pienso en Lolita, de Nabokov, pero
demasiado ilegal. Pienso en Rachel Rosen, de Philip K. Dick, pero demasiado
androide. Pienso en Sophie Zawistowski, la Sophie de Sophie’s Choice de William
Styron, pero en realidad estoy pensando en Meryl Streep.
¿Qué libro te han prestado y no has devuelto?
Tengo por ahí un libro de
rezos y tradiciones judías que hace años me prestó un rabino. Quería
convencerme a no distanciarme del judaísmo. No le funcionó. O no le ha
funcionado. El libro, creo, sigue por ahí.
¿Cuál ha sido tu peor trabajo?
Fui pianista de fondo en un
centro comercial. Aunque quizás ése fue mi mejor trabajo.
¿Qué opinión te generan los gimnasios?
Es urgente crear un escuadrón
o un sindicato dedicado a destruir los gimnasios. Así la gente empezaría a
subir sus propias gradas, a caminar en su propio barrio, a levantar el peso
muerto de su imaginación.
¿Qué cantas en la ducha?
Cualquiera de Vicente
Fernández.
¿Cuál es tu secreto peor guardado?
No fumo.
Estás a punto de morir, escribe tu último tuit:
A la camita (1).
(1): ¿Twitter
permite notas a pie de página? De ser posible, mi último tuit llevaría ésta:
De muy niño, yo me negaba a ir a la cama hasta no haber oído la canción de Topo
Gigio, hasta no haber oído a Topo Gigio decirme estas tres últimas palabras.
Cosa complicada y desesperante para mis padres. En los años 70, la televisión
guatemalteca no tenía horario fijo.
*Eduardo Halfon nació en 1971
en la ciudad de Guatemala. Ha publicado Esto no es una pipa, Saturno
(Alfaguara 2003, Punto de Lectura 2007),
De cabo roto (LitteraBooks 2003), El ángel literario (Anagrama 2004, semifinalista
para el premio Herralde de Novela), Siete minutos de desasosiego (Panamericana
Editorial 2007), Clases de hebreo (AMG 2008), Clases de dibujo (AMG 2009, XV
premio literario Café Bretón & Bodegas Olarra), El boxeador polaco
(Pre-Textos 2008), La pirueta (Pre-Textos 2010, XIV premio de novela corta José
María de Pereda), Mañana nunca lo hablamos (Pre-Textos 2011) y Elocuencias de
un tartamudo (Pre-Textos 2012). Algunas de sus obras han sido traducidas al
inglés, francés, italiano, serbio, portugués y holandés. En 2007 fue nombrado
uno de los 39 mejores jóvenes escritores latinoamericanos por el Hay Festival
de Bogotá. En 2011 ha recibido la beca Guggenheim.